El Villarreal se impuso con solvencia al Granada por 3-0 y se afianza en zona de Liga de Campeones gracias a los goles de Bruno, Giovani y Pina que confirmaron la superioridad del conjunto castellonense a lo largo de los 90 minutos.
La primera gran ocasión del encuentro llegó en el minuto 22, justo cuando un pase interior por alto de Bruno fue devuelto al corazón del área por Mario para que Jonathan Pereira no llegara por poco al balón cuando tan sólo tenía que empujarlo a la red.
Era el preludio del 1-0, que llegó cuando se cumplía la media hora de juego. Cani se escapó por la banda izquierda y colocó un centro raso hacia la frontal del área para que Bruno conectara un zurdazo inapelable ante el que nada pudo hacer Roberto.
Con ventaja en el marcador, el Villarreal se dedicó a defenderse con orden y así salir con mucho peligro al contragolpe. Por su parte, el Granada lo intentaba una vez tras otra, pero siempre se topaba con la bien plantada zaga castellonense e incluso en una ocasión con Asenjo, que abortó una internada por línea de fondo de Brahimi.
El Villarreal amplió su ventaja nada más iniciarse el segundo periodo. Jonathan Pereira se escapó por velocidad por banda izquierda y colocó un preciso centro a media altura que fue rematado por Giovani dos Santos, en posición acrobática, para batir a Roberto (min. 48).
Lucas Alcaraz movió el banquillo poco después y el Granada reaccionó. La entrada al campo de Riki e Ighalo dio más movilidad al conjunto andaluz, que pudo recortar distancias con dos disparos que salieron rozando la madera de los recién incorporados.
El conjunto castellonense sentenció definitivamente el encuentro a falta de diez minutos para el final. De nuevo Cani, muy activo durante todo el duelo, centró bombeado y Pina, llegando desde atrás, conectó un testarazo que entró en la portería pese al intento desesperado por pararlo del guardameta del Granada.
Victoria de Osasuna
Osasuna de Pamplona consiguió la primera victoria a domicilio de la temporada con un gol del delantero Oriol Riera en La Rosaleda frente a un Málaga sin ideas, espeso, timorato y con muchos problemas de creación y de definición, al no tener una ocasión clara en todo el partido.
El equipo malagueño, inédito, sufrió mucho durante la primera parte. Osasuna, muy bien posicionado, tapando las opciones de ataque de los malaguistas, hizo tambalearse a la línea defensa de los, locales, que tenían escasas opciones para mostrar su superioridad ante un conjunto navarro con pocos errores.
El Osasuna fue el equipo que más ocasiones tuvo durante los primeros cuarenta y cinco minutos. El delantero Oriol Riera avisó nada más comenzar el encuentro con un lanzamiento que frenó el guardameta argentino Willy Caballero. El Málaga sufría, no tenía el balón, lo maltrataba y encima lo dañaba y lo daba al contrario.
El técnico malaguista, el alemán Bernd Schuster, hizo dos cambios al descanso: el delantero holandés El Hamadaoui salió por Morales y Pawlowski por Duda. No había otra opción para intentar la remontada.
Era complicado. Osasuna seguía a su ritmo, controlando el partido ante un Málaga superior, pero sin pegada, con errores, precipitación y una sintonía complicada para doblegar a un equipo con problemas, pero muy bien plantado, con un planteamiento defensivo, aunque bien estructurado y sin fisuras.
El segundo tiempo fue un monólogo del Málaga contra una pared del Osasuna, que no se acercó a la portería del Málaga en los cincuenta minutos que duró el segundo asalto. El conjunto malagueño, muy obtuso, sin ideas y con problemas a la hora de la creación, se encontró con un frontón bien definido y sin fisuras.
Primer triunfo de Osasuna como visitante y segunda derrota como local del Málaga, que corta una racha de cinco partidos sin perder.
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